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Ordo Praedicatorum | Orden Mendicante

Orden de Predicadores

VERITAS

Toulouse, Francia (1215): Durante 800 años la misión de la Orden de Predicadores ha sido proclamar el Evangelio en todos los rincones del mundo. Haciéndolo por una sencilla razón: que cada alma pueda llegar a conocer y amar a Jesucristo.

Fue por esta razón que Santo Domingo de Guzmán fundó la Orden de Predicadores en 1216. Viajando por España y el sur de Francia con el obispo de Osma, se encontró con muchas personas confundidas que creían que el mundo físico era malo y creado por un mal. dios. Domingo vio la necesidad de buenos predicadores que pudieran explicar la verdad de la fe católica y reconciliar a los que se habían apartado.

Los dominicos le han dado a la Iglesia algunos de sus más grandes santos, entre ellos: Santo Tomás de Aquino, Santa Catalina de Siena, San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima. Difundiendo la devoción a la Santísima Virgen María a través del don del Santísimo Rosario, promovida la Sociedad del Santo Nombre y la Cofradía de Guerra Angélica desde sus primeros días, y sirviendo exclusivamente como Teólogo de la Casa Papal.

HRMSDIC

Congregación Religiosa de Derecho Pontificio, fundada el 3 de octubre de 1869

Hermanas Dominicas

VERITAS

La congregación nació en Toulouse, ciudad situada al sur de Francia. Por esto Francia es la Provincia Madre.

Hacia la mitad del siglo XIX, una ferviente cristiana de Lyon, la hermana Hedwige Portalet , impulsada por la llamada del Señor a consagrar su vida a Dios al servicio en sus prójimos, fue a Marsella a conocer al fundador del Instituto de los jóvenes ciegos y solicitó su ingreso en esta Congregación.

En 1866, Hedwige Portalet, aún muy joven fue enviada a Toulouse, a fundar un Instituto similar, el que muy pronto por diversos motivos se hizo autónomo y floreciente. Hasta entonces nada hacía prever la florescencia de la congregación naciente. En 1880, conoció a los dominicos en los momentos en que la Orden estaba siendo expulsada de Francia.

Madre Hedwige Portalet, ayudada de una colaboradora de señalado mérito, Francoise Loier, hizo crecer su Congregación y pudo formar comunidades y casas en Francia, España y América del Sur. Antes de 1904, las hermanas tenían escuelas libres y pensionados en Francia. Obligadas a abandonar éstas por fuerza mayor, ellas se dedicaron con ardor a las niñas ciegas.

La Congregación realizó fundaciones en Fanjeaux que es la joya verdadera de la Congregación, convento santificado por la presencia de nuestro Padre Santo Domingo, que estableció allí el centro de sus obras apostólicas. Humilde cuna de la Orden Dominicana , donde después de tantos siglos, la alabanza dominicana se eleva de nuevo, pareciendo responder casi ininterrumpida del monasterio de Proulle situado en la colina.

En Saintes, las obreras ciegas encuentran un techo que las cobije hasta la muerte.

En San Sebastián– España, el nuevo instituto de ciegas fue próspero, la familia real, cuya residencia estaba muy vecina a esta obra, se interesaba mucho por ella y la protegía.

SIERVA DE DIOS

Eduviges Portalet

MUJER LUZ PARA LOS CIEGOS

Eduviges Portalet nació el 3 de diciembre de 1826 en la ciudad de Lyon (Francia). Fue bautizada a los tres días de nacida con los nombres de Francisca Genoveva Eduviges. Sus padres fueron Don Benniot Marie Portalet , un joven abogado de la Corte Real de Lyon, preparado y de buen verbo y su madre Zelié Eleonore Couturier, una dama parisina de buen trato y excepcionales cualidades humanas, destacándose su clara inteligencia, perseverancia y virtud. Sus padres eran cristianos ejemplares, Eduviges heredó las virtudes más relevantes de sus padres. Recibió su Primera Comunión en 1838 siendo alumna de las religiosas Ursulinas de Villefranche.

Este primer encuentro con Jesús dejó en su alma indelebles huellas y desde allí no suspiró sino por el Divino Esposo a quién le consagró su virginidad.

A los quince años ingresó como alumna en el Convento de la Visitación de Marcellín para terminar su educación. En noviembre de 1862 no pudiendo retardar más el llamado poderoso a la vocación religiosa, ingresó al Instituto de María Inmaculada de reciente fundación en Marsella.

El Señor la reclamaba para sí. Ella había cumplido la misión que Jesús le había encargado. El Esposo Divino la llamaba a las Bodas Eternas para coronarla y ella se le presentaba con las manos llenas de buenas obras. El 16 de noviembre de 1894, después de 12 días de gravedad rodeada de todas sus hijas que la lloraban, su alma se abrió como una flor para el cielo.

A la edad de 68 años y 31 de profesión Religiosa, dejó el invierno de la tierra, para ingresar a la primavera eterna de la felicidad del cielo. El perfume de sus virtudes y la semilla de su vida santa, sería el germen que fecundaría el jardín de la Orden Dominica.

HedwigePortalet
SIERVA DE DIOS

Santo Domingo de Guzmán

La Virgen pide a Santo Domingo le ayuda a propagar la devoción. La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

Domingo nace en Caleruega, en Castilla España, en torno a 1174. Educado, primero, por un tío sacerdote, es enviado a continuación a Palencia para estudiar las artes y la teología. Allí vende sus libros para subvenir a las necesidades de las víctimas de una hambruna local. Algo más tarde forma parte del cabildo de canónigos regulares de Osma, durante el priorato de Diego de Acebes. Comprometido con una forma de vida exigente, deja el claustro en 1203 o 1204 para acompañar a Diego, ya obispo, por el norte de Europa en misión diplomática. Al atravesar la región de Toulouse descubre la herejía albigense que asola el mediodía de Francia.

En 1206, después de un segundo viaje al norte de Europa donde nace en él el deseo misionero de dar a conocer a Cristo a los paganos, que por el momento no puede realizar, Diego y Domingo, de vuelta hacia España, se encuentran en Montpellier con los legados del papa encargados de convertir a los herejes. Les aconsejan ir a pie, sin oro ni plata, como “hombres evangélicos”. Diego, enviando sus pertenencias [su equipaje] a Osma, emprende con Domingo una predicación en pobreza apostólica. Antes de noviembre, Diego propone al papa que establezca una misión de larga duración en el Languedoc. Él mismo establece, a finales de 1206, una “praedicatio” centrada en Prulla. Su jefe efectivo es Domingo. En ese lugar, al pie de la colina de Fanjeaux, deciden congregar a unas mujeres convertidas para llevar una vida religiosa. Algunos compañeros se unen a Domingo para recorrer la región desgarrada por la guerra.

En 1215 el grupo se instala en Toulouse, en la casa proporcionada por Pedro Seila. Al volver del concilio de Letrán, al que asistió Domingo, el pequeño grupo de predicadores adopta la regla de san Agustín y las costumbres de los Premonstratenses. El 22 de diciembre de 1216 el papa confirma la comunidad tolosana, y el 21 de enero de 1217 utiliza el nombre de “predicadores” para referirse a la vocación de los frailes.
La llamada misionera de Domingo tiene carácter universal. Así pues, dispersa en 1217 al pequeño grupo que forman sus frailes. Unos parten a España, otros a París y otros atienden a las monjas de Prulla. El mismo Domingo va a Italia para dar cuenta de su actividad al papa. Envía frailes a Bolonia. Esta ciudad, como París, es un centro universitario importante. Afluyen las vocaciones; la Orden se dota de leyes y se organiza en provincias en los primeros capítulos generales celebrados en 1220 y 1221. Domingo, agotado, muere en Bolonia el 6 de agosto de 1221, a la vuelta de una misión de predicación en Lombardía. En 1234 es canonizado por Gregorio IX.

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SIERVA DE DIOS

Carisma Dominico

"Predicar la Verdad y Porta la Luz de Cristo"

El Espíritu Santo reparte los carismas en la comunidad cristiana para edificar el Pueblo de Dios y estos dones son esenciales en la experiencia de fe. Madre Eduviges Portalet, desde una experiencia espiritual, recibe el carisma del Espíritu. En el momento elegido por la Providencia Divina, ella experimentó a Dios como Luz, primero para los ciegos y luego para la diversidad de personas, que por su egoísmo andan en tinieblas o por la injusticia de otros son sumidos en la oscuridad.

Esta experiencia espiritual se enriquece con el carisma dominicano, “Contemplari et contemplata aliis tradere” contemplar y dar a otros lo contemplado, he allí la clave del dominicanismo que bien supo nuestra madre descubrir; es la Eucaristía, la celebración más grande, más profunda, más elevada, la más rica y magnífica para el ser humano; donde se vivifican el corazón y el espíritu de la Luz y la Verdad de Cristo, experiencia que impulsa a la existencia a predicar esa Verdad y a ser portadora de la Luz que es Cristo.

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